sábado, 19 de marzo de 2011

Deshaciendose



Humo. 
Eso es. 
Parece humo rojo subiendo lentamente desde el incensario. Se desliza suavemente, flotando en volutas, deshaciéndose en un suspiro de granate diluido.

Parece una bailarina, moviéndose despacio, entre contoneos, al son de una melodía silenciosa.

O puede que sea una flor. Una flor rubí, abriéndose constantemente, con sus pétalos cayendo hacia arriba y mezclándose con el aire, hasta no ser más que hebras transparentes, flotando hasta desaparecer.

El agua es cálida. El dolor está adormecido. 
Y yo, igual que la sangre que brota de mi antebrazo, me voy diluyendo, deshaciéndome en la oscuridad.

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