A veces, al despertar, me encuentro
con que no reconozco las paredes de mi prisión.
Las cadenas, los castigos
la depresión,
la condena sin fin.
¿Qué odioso pecado cometí,
para acabar así?
Tal vez mutilar la esperanza,
tal vez crear sueños,
ilusiones, promesas.
Falsas.
Tal vez suplicar,
tal vez negar
tus besos.
No lo se, pero
Tal vez sea eso.
lunes, 31 de marzo de 2014
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