Un día, el mendigo ciego despertó, y vio.
Vio lo que la gente no puede ver, sin ojos, sin una vida que los condicionara.
Vio el color el sonido, y leyo el amanecer en palabras de luz.
Vio las ciudades desnudas; la piedra, el acero y el plastico en una escultura quebrada y podrida.
Vio al calor del sol dibujar lineas de vida sobre la tierra marchita por la mano del hombre,
y observó como el mundo movía sus mandibulas en un grito mudo de desesperación.
Vio aquello que llamamos alma, allá en el infinito.
Un día, el mendigo ciego desperto, y vio.
Ahora le llaman loco.
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