sábado, 22 de enero de 2011

¡Hasta mañana!


La noche despliega sus pétalos en una silenciosa melodía. Plata, aire, el mundo se abre. No mires, no les sigas, son ángeles volando. Sus alas de luz son invisibles contra el cielo negro, y el cristal de sus ojos se fija en el horizonte. Pero puedes oírlos cantar. 
Cantan al viento, y a la luna. Al agua y al nácar. Cantan a la propia música, sus voces abrazándose en una sinfonía de colores. 
Un crescendo, y un estallido de fuego, y de rayo: de tierra y de sangre, de hielo y metal. El mundo en una canción. 
Saltando y girando y naciendo y volviendo a nacer. 
Y la canción da vueltas y vueltas y vueltas, danzando en círculos hasta el amanecer.

¡Hasta mañana!

sábado, 8 de enero de 2011

Mi vida

Visualizad un cuerpo. Una persona. Corriendo por un bosque. Su carne está podrida. Y poco a poco, se va deshaciendo. Primero, su piel se cae, convertida en jirones. Luego, la carne. Los músculos, las vísceras, se van quedando atrás conforme las ramas y la inercia los van desgarrando. Ahora, solo queda un esqueleto, un montón de huesos corriendo, siempre corriendo. Cuando se deshagan, cuando se desgasten en un rastro de polvo en el camino, ¿Quedará algo? ¿Seguirá habiendo, un alma, una consciencia, un impulso, que siga hacia adelante?

Ése soy yo.
Ésa es mi vida.

Estoy solo.
Nadie puede ayudarme.
Estoy solo.
Tengo miedo.
Miedo.
Miedo
miedo
miedo
miedo