sábado, 21 de noviembre de 2009

Duermevela

Estoy en un cruce de caminos.
A un lado, la vigilia. Noches sin dormir, perdidas entre las páginas de un libro, o dentro de mi propio pensamiento, no tan distinto del eludido mundo onírico. Al otro lado, el sueño. Una realidad ignota, recuerdos que pronto olvido. Música que no se escribir, relatos cuyas palabras se diluyen en un instante. Y apartado de los dos caminos, un tercero apenas insinuado se pierde de vista en el invisible horizonte. La duermevela aguarda, un mundo esperando ser creado por la inconsciencia y la intención, con la locura para satisfacer los deseos que ni yo mismo conozco. ¿Pueden los demás destinos de mi viaje atraerme tanto como éste?

Una Terra Incógnita concebida por aquel para quien es desconocida, el eterno descanso, la eterna aventura. ¿No acechara en ella menos dolor que en la realidad del que está despierto?¿No seré más inquieto que aquél que solo halla la serenidad mientras duerme?

Ojalá visite ese mundo inefable, y nunca se me vuelva a ver.
 Ojalá encuentre allí lo que ni en mi hogar ni en mis sueños alcanzo siquiera a perseguir.
Ojalá algún día me eleve, dejando atrás el miedo, las ataduras, la dolorosa euforia, y todo aquello que me carcome, abandonandome incluso a mí mismo, para no mirar atrás.

 Ojalá algún día la Duermevela sea algo más que el velo que separa la vigilia del sueño.

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