martes, 29 de diciembre de 2009

Cielo

Siento tu suave tacto contra mi cuerpo, mis brazos rodeándote, mis labios rozando la seda de tus cabellos. Tu canción nos envuelve, y en la piel fría de tus manos siento el latido imperceptible de tu corazón. Aunque no te veo, se que tienes los ojos cerrados, como yo. Esos ojos de esmeralda donde caerse, ahogarse, y no lamentarlo. Tu perfume me llega, ligero, y te oigo respirar. Te acercas un poco, y te abrazo más fuerte. Puede que no haya un Dios. Puede que, tras la muerte, sólo seamos polvo, recuerdo y lagrimas. Pero aquí y ahora, puedo afirmar que el Cielo existe.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que lindo, me gusta mucho, inspira mucha dulzura...

PD: para que despues digas que no te escribe nadie y que no te visita nadie... :P anda anda!!!!!