No hables.
Sabes quién soy.
No tengo nombre, pero todos me conocen, y todos huirían de mí.
Cuando los niños tienen miedo de lo que pueda haber bajo su cama, en realidad me temen a mí.
Soy la oscuridad, el silencio, la soledad.
Soy el solar abandonado, las luces que se apagan.
Aquello a lo que llamáis Dios tiembla al verme, y el propio tiempo se estremece cuando le miro.
Témeme.
Corre, si crees que puedes.
Escóndete, si crees que no te encontraré.
Tus pesadillas son mi hogar, y tus miedos mi alimento.
Cuando camines, solo, por una calle oscura, estaré a tu lado, guiándote sin que lo sepas hacia el camino equivocado.
Cuando tú yazcas, inerme, en tu lecho de muerte, yo te buscaré, y negaré ante tu petición del reposo en la eternidad.
Phobos es mi sirviente, Deimos mi verdugo.
Nací antes que la humanidad, y moriré cuando ésta sea solo un recuerdo.
Témeme
jueves, 10 de diciembre de 2009
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